2024 Autor: Jasmine Walkman | [email protected]. Última modificación: 2023-12-16 08:29
Nuestro cuerpo necesita líquidos para funcionar correctamente. La sangre se compone de un 80% de agua y nuestro cerebro, un 75%. Y si no bebemos suficientes líquidos, las sales, los nutrientes y las hormonas no podrán transportarse de manera óptima. El riesgo de trombosis aumentará, nos cansaremos más fácilmente y será difícil concentrarnos. Así que tenemos que asegurarnos de beber suficiente agua.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el agua fría que se toma con los alimentos puede afectar la digestión adecuada.
Los antiguos chinos conocían las desventajas del agua fría durante la comida y por esta razón durante miles de años la reemplazaron con bebidas calientes, tés y más.
Y una buena digestión es sumamente importante para el funcionamiento normal de todo el organismo, para que tenga la energía suficiente para realizar las necesidades diarias, para extraer vitaminas y minerales tan importantes, para las defensas inmunológicas del organismo.
Los estudios muestran que con la digestión normal de carne, huevos, pescado, queso, legumbres, nueces y semillas, permanecen en el estómago durante casi 4-5 horas, necesarias para los procesos digestivos. En este caso, sin embargo, si se consume agua fría durante una comida, permanecen en el estómago solo durante 20 minutos.
Esto hace que sea difícil descomponerlos y absorberlos. Este alimento no se descompone en el intestino, comienza a fermentar y a liberar sustancias químicas tóxicas. Provoca hinchazón, gases, eructos, mal aliento, diarrea, dolor de cabeza, alergias y más.
Como resultado, el agua helada durante la comida puede ralentizar los procesos digestivos. Por lo tanto, la comida no se procesa adecuadamente y no se extraen los nutrientes necesarios. Además, esta bebida fría calienta el cuerpo, lo que requiere energía.
Por este motivo, los expertos aconsejan evitar los líquidos fríos, pero tomarlos a temperatura ambiente y beber al menos 30 minutos antes y después de las comidas. Se ha comprobado que el consumo de bebidas más calientes facilita la digestión, mejora la peristalsis y así permite que el organismo absorba las cantidades necesarias de nutrientes.
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