Una Breve Historia De Baklava

Una Breve Historia De Baklava
Una Breve Historia De Baklava
Anonim

¿Quién no ama el baklava? En Turquía, esta dulce tentación tiene muchos nombres, uno para cada especie: el nido de un ruiseñor, el dedo del visir, los labios de la bella, estos son solo algunos de ellos. Es muy difícil determinar el país de origen del baklava, razón por la cual la mayoría de los pueblos de Oriente Medio reclaman sus derechos.

La historia del postre nos remonta al siglo VIII a. C., cuando en Mesopotamia elaboraban un postre con costras molidas con miel y nueces trituradas, que horneaban en el horno. En la antigüedad, los comerciantes griegos lo transportaban por el Mediterráneo oriental, desde donde luego entró en la cocina romana.

Durante su viaje a través de diferentes grupos étnicos y siglos, el baklava enriquece y refina su sabor divino. Los armenios fueron los primeros en agregar canela y clavo, y los árabes lo condimentaron con agua de rosas y cardamomo. Durante su gran potencia, Turquía gobernó un vasto territorio que hoy coincide con el área de baklava: Asia Menor, Armenia, Grecia, Egipto, Palestina, los Balcanes, Irak y el norte de África.

No es de extrañar que los pasteles almibarados se estén volviendo populares en estos lugares: primero la miel y luego el jarabe de azúcar actúan como conservantes fuertes para los postres, que de otra manera no durarían un día en el clima cálido de la mayoría de los países mencionados.

Otra razón de la gran popularidad del baklava en el mundo islámico es la creencia de que la miel y las nueces son afrodisíacos.

Como ya ha quedado claro, baklava tiene muchos nombres. Para ellos, la historia popular dice que los pasteleros en la cocina del palacio del sultán turco tenían que servir un nuevo postre al padisha todos los días, por lo que hicieron decenas de formas diferentes y formas de doblar el baklava, y también se usaron especias y nueces diferente.

Cada variante se presentó con un nombre diferente. Aunque algunos historiadores afirman que el baklava no fue un invento turco, fue en el Imperio Otomano entre los siglos XV y XIX cuando ganó su verdadera grandeza en las suntuosas cocinas de sultanes, visires y bajás.

Entre los baklava turcos más famosos se encuentra el que se prepara en la ciudad turca de Antep. Esta región también produce la variedad más valiosa de pistacho, cuyas nueces son pequeñas, pero con un aroma muy rico y alto contenido en grasas. Algunos artesanos de baklava usan aceite de ghee refinado para hacer su baklava.

Desde la antigüedad hasta principios del siglo XX, el baklava siguió siendo un postre de lujo. Hasta el día de hoy, la gente en Turquía dice: "No soy lo suficientemente rico para comer baklava y burek todos los días".

Hoy en día, su estado ha cambiado por completo porque es accesible para muchas personas. Tanto en Turquía como en los países árabes, las calles de la ciudad están llenas de pequeñas pastelerías o tiendas con grandes ventanales, que abundan en baklava en diversas formas.

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