Las Dietas Fallan Porque Estamos Programados Para Buscar Comida

Video: Las Dietas Fallan Porque Estamos Programados Para Buscar Comida

Video: Las Dietas Fallan Porque Estamos Programados Para Buscar Comida
Video: Como mantener la motivación al seguir un Detox o Dieta 2024, Septiembre
Las Dietas Fallan Porque Estamos Programados Para Buscar Comida
Las Dietas Fallan Porque Estamos Programados Para Buscar Comida
Anonim

Quienes alguna vez han seguido una dieta saben lo difícil que es convencer a una persona de que consumirá menos comida de lo habitual, especialmente durante los primeros días de la dieta.

A menudo, las personas descansan solo después de uno o dos días y comen algo diferente de lo que está permitido en el régimen. Luego, por supuesto, viene el gran sentimiento de culpa por no haber podido hacer frente al hambre y haber cambiado su dieta.

No es la falta de voluntad lo que estropea la dieta, según una investigación reciente de científicos estadounidenses, citada por el Daily Express. El fracaso de la dieta se debe con mayor frecuencia al hecho de que las personas están programadas para buscar alimentos, explican los autores del estudio del Instituto Médico Howard Hughes.

Las células cerebrales, que son sensibles al hambre, hacen que sea absolutamente imposible que algunas personas sigan dietas y se limiten, dicen los expertos. Las células de las que hablan los científicos se conocen en realidad como neuronas AGRP (o péptido ligado a agutí).

Son ellos los que provocan emociones negativas en una persona y la hacen sentir infeliz cuando no está comiendo. Cuando rompen su dieta, la gente simplemente intenta apagar las neuronas en cuestión, lo que hace que la sensación de hambre sea aún más insoportable.

Cocinando
Cocinando

El jefe de todo el estudio es el Dr. Scott Stearnson. Las neuronas AGRP son un antiguo sistema de motivación diseñado para estimular a las personas a satisfacer sus necesidades fisiológicas, incluidas el hambre y la sed, explica el Dr. Stranson.

Explica que las neuronas en cuestión en realidad no empujan a las personas directamente a comer, sino que provocan una reacción a las señales sensoriales que emiten la presencia de alimentos. Cuando una persona se encuentra en un entorno donde hay mucha comida, es muy difícil ignorar esta señal, que no deja de molestarle, explica el autor del estudio.

Y si hoy estas neuronas interfieren con una persona hasta cierto punto, entonces en el pasado para nuestros predecesores de la cueva este sistema fue extremadamente útil, dice Stearnson.

Recomendado: